El arzobispo de Burgos decreta la excomunión de diez de las clarisas de Belorado.

Fotografía publicada en una cuenta en la red social Instagram (@tehagoluz), de reciente creación, en la que se ve a una decena de las religiosas Clarisas del Monasterio de Belorado INSTAGRAM

JOSÉ RAMÓN NAVARRO-PAREJA

Belorado (Burgos)

Se consumó el cisma. El arzobispo de Burgos, y comisario pontificio para el el caso, Mario Iceta, ha decretado la excomunión de diez de las monjas, “ya exreligiosas”, de Belorado. A las 14.30 horas de hoy sábado 22 de junio, y después de cerciorarse de que las clarisas cismáticas las recibían antes por burofax, el arzobispado enviaba una nota de prensa en la que explicaba el “decreto de declaración de excomunión” y de la “declaración de dimisión (expulsión) ipso facto de la vida consagrada” que les había enviado. A partir de ese momento, ya no se encuentra oficialmente en la Iglesia católica y, lo que tiene mayor repercusión para ellas, ya no son religiosas clarisas, por lo que no tiene sentido que permanezcan en el monasterio.

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JOSÉ RAMÓN NAVARRO-PAREJA

Deciden no comparecer ante el Tribunal Eclesiástico y publican su decisión con un comunicado en redes.

Apenas una hora después de conocerse la noticia, la tranquilidad era la tónica en la puerta de Belorado. Con la cancela cerrada con el candado y sin atender a los escasos peregrinos que, curiosos, llamaban al teléfono móvil que han puesto en sustitución del torno, al que ahora es imposible acceder. Una paz tan significativa, que ni siquiera rompían la más de una decena de perros que en los días anteriores han contestado con su ladridos incesantes al barullo que se escuchaban en el exterior.

Todo se acababa en apenas unos minutos. Los medios de comunicación comenzaban a aparecer, los vecinos y peregrinos despistados convertían la puerta del monasterio en improvisada meta de su etapa y los perros contestaban con constantes aullidos y gruñidos al ruido que se adentraba en su clausura. Y, para redondear la fiesta, poco antes de las seis llegaba Ceacero, el cura coctelero, conduciendo el ‘cochazo’ de tercera mano de la Pía Unión de San Pablo Apóstol. El anuncio de la excomunión le había pillado fuera de juego.

Poco antes, en llamada telefónica, no había querido dar ninguna opinión sobre la excomunión. tampoco se mostró nada simpático ni comunicativo en los escasos dos minutos en que tardó en bajar del coche, abrir el candado que bloquea la cancela, entrar en el recinto del convento y volver a clausurar el monasterio al mundo. “¿Quién ha dicho que no están en la vida religiosa?”, nos responde molesto cuando le preguntamos sobre la nueva situación jurídica de las exmonjas. “El arzobispado”, le apuntamos rápidamente. “¿Y las monjas ortodoxas tienen que ver algo con la Iglesia supuestamente católica y no están en vida religiosa?” añade, con enfado evidente. “Pero ahora hay cinco monjas ahì dentro que pertenecen a esa Iglesia de la que ustedes reniegan, ¿qué piensan hacer con ellas?”, alcanzamos a preguntarle cuando comienza a subirse al coche de nuevo y recibimos como única respuesta un gesto de desprecio con la mano, antes de dar un portazo y arrancar hacia donde se encuentran los perros.

La consecuencia de ambos actos es inmediata. Por una parte, las diez exclarisas ya no pertenecen a la Iglesia católica, lo que parece no preocuparles porque es lo que sostienen desde el día en que comenzó la crisis. Pero por otro lado, su expulsión de la vida consagrada implica que ya no pertenecen a la comunidad de clarisas de Belorado, por lo que deben abandonar el convento en el que ahora viven, lo que no parece que estén dispuestas a aceptar.

De una forma explícita, el arzobispado dejaba claro en su nota que la comunidad sigue funcionando pese a haber expulsado a las diez cismáticas. “Sigue existiendo comunidad monástica formada por las hermanas que no han incurrido en excomunión, al no haber secundado el cisma: son las cinco hermanas mayores y otras tres hermanas que, aunque en este momento no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la comunidad al estar incardinadas en ella”.

Ocho religiosas es un número suficiente para la continuidad de la comunidad pero, además, desde el arzobispado señalan que “las hermanas mayores siguen siendo una prioridad en nuestras preocupaciones”. Ante esta situación, “la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu ha previsto la forma de atender de modo inmediato a estas hermanas en el mismo monasterio de Belorado, desplazando para habitar en el monasterio a algunas hermanas procedentes de otros monasterios de la Federación“. Un planteamiento que hace prever una nueva situación de conflicto a las puertas del convento.

Este es el comunicado oficial:

“Recibida mediante burofax la comparecencia de las diez hermanas clarisas del Monasterio de Belorado ante el Tribunal Eclesiástico, el Arzobispado de Burgos desea realizar las siguientes manifestaciones:

Se ha recibido con fecha de 21 de junio en el Arzobispado de Burgos un burofax firmado personalmente por diez hermanas clarisas del Monasterio de Belorado donde se afirma que «comunicamos de forma unánime y convencida la desestimación de presentarnos el 21 de junio ante la citación de ese Tribunal». Continúan afirmando que «ya nos desvinculamos de la Iglesia conciliar (con denominación Iglesia Católica) el día 8 de mayo, firmando nuestro Manifiesto Católico ante notario, haciéndolo público el 13 de mayo y notificado fehacientemente el día 14 de mayo». Y siguen: «nos hemos ratificado todas y cada una de nosotras, unánimemente, en no personarnos a este juicio eclesiástico al no reconocer la autoridad de ese Tribunal, ni su jurisdicción sobre las almas, y menos aún sobre nosotras –tras habernos separado voluntariamente para adherirnos a la Fe Católica–, ni, por ende, las penas canónicas que deriven de él». Estas afirmaciones han sido vertidas públicamente ese mismo día por la comunidad en las redes sociales.

A la vista de esta declaración de «separación voluntaria» de todas y cada una de ellas, recibida por burofax, el 21 de junio de 2024, lo que viene a ratificar lo que ya expusieron con anterioridad de modo fehaciente de diversas formas, el día 22 de junio el arzobispo de Burgos, Comisario Pontificio y Representante Legal de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio, ha comunicado el Decreto de declaración de excomunión y la Declaración de dimisión (expulsión) ipso facto de la vida consagrada a todas y cada una de las diez hermanas que han incurrido en cisma.

Son las mismas hermanas las que han mostrado su decisión libre y personal de abandonar la Iglesia Católica. Ante esta decisión, es necesario recordar que la Declaración de excomunión es una acción jurídica considerada por la Iglesia como una medida medicinal, que mueva a la reflexión y a la conversión personal. La Iglesia muestra siempre sus entrañas de misericordia y, como Madre, está dispuesta a acoger a sus hijos que, como el hijo pródigo, confían en la misericordia de Dios y emprenden el camino de vuelta a la casa del Padre.

Sigue existiendo comunidad monástica formada por las hermanas que no han incurrido en excomunión, al no haber secundado el cisma: son las cinco hermanas mayores y otras tres hermanas que, aunque en este momento no se encuentran en el monasterio, pertenecen a la comunidad al estar incardinadas en ella.

Las hermanas mayores siguen siendo una prioridad en nuestras preocupaciones. La Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu ha previsto la forma de atender de modo inmediato a estas hermanas en el mismo Monasterio de Belorado, desplazando para habitar en el monasterio a algunas hermanas procedentes de otros monasterios de la Federación“.

Link:

https://www.abc.es/sociedad/arzobispo-burgos-confirma-diez-monjas-belorado-excomulgadas-20240622145544-nt.html

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